Coatlicue, madre de HuitzilopochtliMisterio, enemigo de Spiderman
Huitzilopochtli, el Dios Azteca
Me gusta el misterio, porque abre puertas, por que hace que la vida sea más imprevisible, porqué nos indica que existe varios planos, varias dimensiones, rompe la rutina, esa, que hace igual todos los días. En la plástica, se abordaron muchos temas de personajes y situaciones de misterio y si nos vamos a los cómics, me acuerdo de un personaje que se llamaba Misterio que era enemigo del conocido héroe de Marvel: Spiderman ó Hombre Araña, (en inglés y en castellano), me acuerdo que su cara era solo una bola metido en una capsula transparente, no tenía rasgos, lo que daba la impresión de un personaje misterioso, bueno me estoy yendo por las ramas, todo esto es para escribir sobre un personaje, que no se porque me llamó la atención e indagué mas de él, no se si por su nombre raro o la forma de su nacimiento, se trata de un dios de la mitología de los mexicas o mas conocido como los aztecas cuyo nombre es: Huitzlopochtli, hasta el nombre es extraño, comparando con la mitología griega, la azteca es menos conocida y tal vez menos difundida, salvo en los circuitos especializados y claro en México que es el país de los aztecas.
En náhualt, (lengua de los Nahuas, Los Nahuas son un grupo de pueblos nativos de Mesoamérica cuyos ancestros fueron los mexicas (descendientes de los aztecas) y otros pueblos antiguos de Anáhuac que tenían en común la lengua náhuatl. Huītzilōpōchtli significa colibrí zurdo o colibrí del sur, esta asociado con el sol, fue la principal deidad de los aztecas.
Según el códice florentino nos narra la historia de Huītzilōpōchtli, pero antes, ¿Qué es el códice florentino?, pues es un manuscrito hecho por el fraile franciscano Bernardino de Rivera, también llamado Bernardino de Sahagún (Sahagún, León, España 1499-Ciudad de México, 5 de febrero de 1590), donde recopila la tradición oral de los nahuas, descendientes de los aguerridos aztecas, escrita entre los años de 1540 y 1585, Este códice, llamado así porque se conserva en la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia, vaya misterio ¿que hace en Italia el códice del monje español?, bueno ahí va la historia de Huītzilōpōchtli:
Tomado del: El códex florentinus.
“Coatlicue era el nombre de una mujer que vivía en Coatépec, Era madre de los cuatrocientos Surianos y de una hermana de éstos de nombre Coyolxauhqui. Y ésta Coatlicue allí hacía penitencia, barría, tenía a su cargo barrer, así hacia penitencia, en Coatépec, la Montaña de la Serpiente. Y una vez, cuando barría Coatlicue, sobre ella bajó un plumaje, como una bola de plumas finas. En seguida lo recogió Coatlicue, lo colocó en su seno. Cuando terminó de barrer, buscó la pluma, que había colocado en su seno, pero nada vio allí. En ese momento Coatlicue quedó embarazada. Al ver los cuatrocientos Surianos que su madre estaba encinta, mucho se enojaron, dijeron: -“¿Quién le ha hecho esto? ¿Quién la dejó encinta? Nos afrenta, nos deshonra”. Y su hermana Coyolxauhqui les dijo: “Hermanos, ella nos ha deshonrado, hemos de matar a nuestra madre, la perversa que se encuentra ya encinta. ¿Quién le hizo lo que lleva en el seno? Cuando supo esto Coatlicue, mucho se espantó, mucho se entristeció. Pero su hijo Huitzilopochtli, que estaba en su seno la confortaba, le decía: -“No temeís, y sé lo que tengo que hacer” Habiendo oído Coatlicue las palabras de su hijo, Y entretanto, los cuatrocientos Surianos se juntaron para tomar acuerdo, y determinaron a dar muerte a su madre, porque ella los había infamado. Estaban muy enojados, estaban muy irritados, como si su corazón se les fuera a salir. Coyolxauhqui mucho los incitaba, avivaba la ira de sus hermanos, para que .mataran a su madre. Y los cuatrocientos Surianos se aprestaron, se ataviaron para la guerra. Y estos cuatrocientos Surianos, eran como capitanes, torcían y enredaban sus cabellos, como guerreros arreglaban su cabellera. Pero uno llamado Cuahuitlícac era falso en sus palabras. Lo que decían los cuatrocientos Surianos, enseguida iba a decírselo, iba a comunicárselo a Huitzilopochtli. Y Huitzilopochtli le respondía: -“Ten cuidado, está vigilante, tío mío, bien sé lo que tengo que hacer”. Y cuando finalmente estuvieron de acuerdo, estuvieron resueltos los cuatrocientos Surianos a matar, a acabar con su madre,
luego se pusieron en movimiento, los guiaba Coyolxauhqui. Iban bien robustecidos, ataviados, guarnecidos para la guerra, se distribuyeron entre sí sus vestidos de papel, su anecúyotl, sus ortigas, sus colgajos de papel pintado, se ataron campanillas en sus pantorrillas, las campanillas llamadas oyohualli. Sus flechas tenían puntas barbadas. Luego se pusieron en movimiento, iban en orden, en fila, en ordenado escuadrón, los guiaba Coyolxauhqui. Pero Cuahutlícac subió en seguida a la montaña, para hablar desde allí a Huitzilopochtli, le dijo: -“Ya vienen”- Huitzilopochtli le respondió: -“Mira bien por dónde vienen”. Dijo entonces Cuahuitlícac: “Vienen ya por Tzompantitlan” Y una vez más le dijo Huitzilopochtli: -“¿Por dónde vienen ya? Cuahuitlícac le respondió: -“vienen ya por Coaxalpan”. Y de nuevo Huitzilopochtli preguntó: -“Mira bien por dónde vienen”. En seguida le contestó Cuahuitlícac: -“vienen ya por la cuesta de la montaña”. Y todavía una vez más le dijo huitzilopochtli: -“Mira bien por dónde vienen”. Entonces le dijo Cuahuitlícac: -! Ya están en la cumbre, ya llegan, los viene guiando Coyolxauhqui”.
En ese momento nació Huitzilopochtli, se vistió sus atavíos, su escudo de plumas de águila, sus dardos, su lanza-dardos azul el llamado lanza-dardos de turquesa. Se pintó su rostro con franjas diagonales, con el color llamado ‘pintura de niño. Sobre su cabeza colocó plumas finas, se puso sus orejeras. Y uno de sus pies, el izquierdo era enjuto, llevaba una sandalia cubierta de plumas, y sus dos piernas y sus dos brazos los llevaba pintados de azul. Y el llamado Tochancalqui puso fuego a la serpiente hecha de teas llamada Xiuhcóatl, que obedecía a Huitzilopochtli. Luego con ella hirió a Coyolxauhqui, le cortó la cabeza, la cual vino a quedar abandonada en la ladera de Coatépetl. El cuerpo de Coyolxauhqui fue rodando hacia abajo, cayó hecho pedazos, por diversas partes cayeron sus manos, sus piernas, su cuerpo. Entonces Huitzilopochtli se irguió, persiguió a los cuatrocientos Surianos, los fue acosando, los hizo dispersarse desde la cumbre del Coatépetl, la montaña de la serpiente. Y cuando los había seguido hasta el pie de la montaña los persiguió, los acosó cual conejos, en torno de la montaña. Cuatro veces los hizo dar vueltas. En vano trataban de hacer algo en contra de él, en vano se revolvían contra él, al son de los cascabeles y hacían golpear sus escudos. Nada pudieron hacer, nada pudieron lograr, con nada pudieron defenderse. Huitzilopochtli los acoso, los ahuyento, los destruyó, los aniquiló . Y ni entonces los dejó, continuaba persiguiéndolos. Pero, ellos mucho le rogaban, le decían: -“¡Basta ya!”. Pero Huitzilopochtli no se contentó con esto, con la fuerza se ensañaba contra ellos, los perseguía. Sólo unos cuantos pudieron escapar de su presencia, pudieron librarse de sus manos. Se dirigieron hacia el sur, porque se dirigieron hacia el sur se llaman Surianos, los pocos que escaparon de las manos de Huitzilopochtli. Y cuando Huitzilopochtli les hubo dado muerte, cuando hubo dado salida a su ira, les quitó sus atavíos, sus adornos, su anecúyotl, se los puso, se los apropió los incorporó a su destino, hizo de ellos sus propias insignias. Nadie apareció jamás como su padre. A él lo veneraban los mexicas, le hacían sacrificios, lo honraban y servían. Y Huitzilopochtli recompensaba a quien así obraba. Y su culto fue tomado de allí, de Coatépec, la montaña de la serpiente, como se practicaba desde los tiempos más antiguos”.
Esta es la historia del personaje mitológico que nació de una bola de plumas finas que misteriosamente cayó y fue colocada en el seno de su madre. tal vez por este dios, los aztecas eran aguerridos en sus batallas.
Bueno, ¿y cuál fue el misterio de escribir sobre: Huitzilopochtli?, quién sabe......